La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria, crónica y autoinmune que afecta al tubo digestivo. La causa de su desarrollo es aún desconocida, aunque hay muchas hipótesis al respecto. Mientras algunos expertos hablan de una predisposición genética y una alteración inmunológica, otros se refieren a un proceso infeccioso que favorece su desarrollo.
Los síntomas más frecuentes y el diagnóstico de la enfermedad de Crohn
Quienes padecen la enfermedad de Crohn presentan síntomas muy diversos entre los que destacan las diarreas, el dolor, la sensación de distensión o pesadez y la pérdida de peso.
Cuando el paciente comenta con el médico estos síntomas, el digestivo podrá realizar un análisis de sangre que puede indicar si el paciente sufre esta enfermedad cuando aparece anemia, una velocidad de sedimentación alta…
Si los resultados manifiestan lo dicho o el doctor sospecha de la presencia de la enfermedad se procede a realizar una colonoscopia y una biopsia. Si se detecta de forma precoz mejorará la calidad de vida del paciente.
¿Cuándo debo consultar al médico?
Se debe pedir cita en el médico cuando se sientan cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal, sangre en las heces, fiebre sin motivos durante uno o dos días, pérdida de peso o diarrea continua.
Personas con predisposición a tener enfermedad de Crohn
Los datos indican que:
- La enfermedad de Crohn se diagnostica, sobre todo, entre los 33 y 45 años aunque puede aparecer en cualquier edad.
- Los hombres y las mujeres se ven afectados de igual forma.
- Puede afectar a cualquier grupo étnico, aunque es muy frecuente en personas de raza blanca y con ascendencia judía de Europa oriental.
- Un factor de riesgo es tener antecedentes familiares
- La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa aparece especialmente en las áreas urbanas de los países desarrollados
Las complicaciones de la enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn tiene complicaciones a medida que se desarrolla, entre ellas cabe destacar la obstrucción intestinal, las úlceras en el tubo digestivo, boca o ano, fístulas, fisura anal, desnutrición, cáncer de colon u otros problemas de salud, como osteoporosis, artritis o enfermedades hepáticas.
