El tratamiento con ondas de choque es una terapia complementaria a la fisioterapia convencional, que permite reducir el dolor de lesiones crónicas de manera externa, sin cirugía y sin medicación. Se trata de una técnica que aplica en la zona ultrasonidos de alta frecuencia a través de impactos electromecánicos o electrohidráulicos de alta energía.
Las ondas de choque en detalle
¿Qué son las ondas de choque?
El funcionamiento del tratamiento
Este tratamiento consiste en llevar una alta cantidad de energía a las zonas de dolor y sus tejidos para regenerarlos no sólo los tendones, sino también los músculos y otros tejidos blandos.
Concretamente, este tratamiento funciona mediante un proceso llamado mecanotransducción, es decir, el estímulo mecánico de presión fomenta la producción de proteínas que intervienen en la regeneración del tejido que está lesionado. Así se logra evitar la producción de fibrosis del tejido o la consolidación ósea tras una fractura.
Las lesiones en las que se aplica el tratamiento con Ondas de Choque
El tratamiento con ondas de choque ha demostrado ser altamente efectivo en pacientes que padecen lesiones como tendinopatías. Entre ellas cabe diferenciar entre calcificantes y degenerativas.
Dentro de este segundo grupo se encuentran algunas de las más frecuentes, como la epicondilosis humeral lateral y medial, tendinosis de hombro, de bíceps crural, el síndrome doloroso del trocánter mayor o fasciopatía plantar.
También tiene excelentes resultados en pacientes con miopatías, es decir, patologías en la que existe una deficiencia o anomalía de los grupos musculares, lo que va a producir un daño en el tejido muscular debilitándolo. Es especialmente efectivo en el síndrome miofascial y en las lesiones musculares sin discontinuidad.
Además de estas lesiones, las ondas de choque se aplican en pacientes con espolón calcáneo, bursitis trocantérea, bursitis subacromial, tendinitis de la pata de ganso, entre otras.
Las ventajas de las ondas de choque
Este tratamiento es muy efectivo para reducir el dolor y para recuperar la funcionalidad tras una tendinitis o miopatía. De hecho, tiene resultados excelentes en el 90% de los casos.
La aplicación de esta técnica va a producir inicialmente daños tisulares y celulares que, a su vez, producen una inflamación en la zona que nos permitirá lograr estos objetivos:
- Tener un efecto analgésico y reducir el dolor
- Acelerar el metabolismo
- Revascularizar la zona lesionada para favorecer su recuperación
- Aumentar la producción de colágeno
- Reducir la tensión muscular
- Reabsorber los depósitos de calcio