¿En qué consiste el chequeo ginecológico?
En el chequeo ginecológico anual se realiza un exámen completo para evaluar el buen estado de los órganos femeninos, es decir, la vulva, la vagina, el cuello del útero, el endometrio, el útero, las trompas, los ovarios y las mamas.
¿Qué pruebas se realizan en la revisión ginecológica?

El ginecólogo es el encargado de llevar a cabo las pruebas y exámenes necesarios. En términos generales estos chequeos incluyen un repaso por la historia clínica de la paciente, un examen ginecológico, citología vaginal, ecografía transvaginal y exámen mamario.
A través de estos pasos el médico podrá comprobar si existe alguna alteración que debe ser analizada más exhaustivamente, y recomendará la práctica de pruebas alternativas. En ocasiones también se solicita la realización de análisis de sangre y de orina.
Citología cervical o Papanicolau
La citología, también llamada Papanicolau, es fundamental para la prevención de cánceres en la mujer, como el de cérvix. El examen puede resultar incómodo, ya que el ginecólogo raspa suavemente la superficie del cérvix para recoger las células de la vagina y del cuello del útero, que serán posteriormente analizadas.
El resultado de este análisis revelará si existen lesiones premalignas o malignas producidas por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Es por ello, que esta prueba debe comenzar a realizarse desde el comienzo de las relaciones sexuales, incluso puede realizarse en mujeres que no hayan mantenido relaciones anteriormente.
Este exámen en concreto puede realizarse cada tres años, aunque será el ginecólogo el que determine su frecuencia de acuerdo con las características médicas de cada paciente.
Actualmente, la citología ha demostrado ser la única prueba con la eficacia suficiente para detectar precozmente anomalías en el cuello del útero y reducir así el número de muertes por cáncer uterino.
¿Que es la colposcopia?

El segundo paso, tras la citología cervical, para la detección precoz del cáncer de cuello de útero es la colposcopia. A través de esta prueba se puede ver de forma ampliada la superficie del cuello del útero o cérvix. También permite extraer biopsias para su análisis.
De esta forma, el especialista podrá comprobar si existen lesiones pre malignas o cancerosas que puedan dar lugar a un cáncer.
Esta prueba no se realiza en los chequeos rutinarios, sino que se lleva a cabo cuando en la citología previa se han detectado células anormales o si el ginecólogo requiere de una segunda prueba para confirmar los datos.
Examen mamario y mamografía
Durante la revisión el médico examina la mamas y dependiendo de la edad, apreciación de anomalías o antecedentes familiares de cáncer de mama solicitará la realización de una mamografía. En términos generales, éstas comenzarán a realizarse anualmente a partir de los 40 años, salvo que el ginecólogo las recomiende a menor edad.
La mamografía consiste en una exploración de imagen por rayos X de la glándula mamaria. Así se consigue detectar de forma temprana el cáncer de mama, lo que permitirá tratarlo con mayores garantías.
Los especialistas recuerdan a todas las mujeres la importancia de realizar un autoexamen de las mamas. Este se puede hacer de forma sencilla en casa. La ventaja es que la propia paciente conoce en detalle su cuerpo y podrá detectar con mayor facilidad anomalías o bultos sospechosos.
¿Por qué hay que realizar una revisión anual ginecológica?
Además de prevenir patologías asociadas a la mujer, pueden tratarse otras, como inflamaciones, infecciones, enfermedades de transmisión sexual, etc.
Muchas pacientes acuden a estas revisiones para aclarar dudas sobre anticoncepción, planificación familiar o cómo mantener cuidados saludables.
La mayoría de las mujeres, a nivel mundial, siguen un control ginecológico rutinario lo que ha producido una disminución en la incidencia de la mortalidad de los diferentes cánceres asociados a la mujer, como el de cérvix, de mama o de ovarios.