Las lesiones musculares son las más comunes y se encuentran entre el 40-60% de lesiones deportivas, entre ellas destacan, por ejemplo, la contractura muscular.
Este tipo de lesión genera molestias, dolor constante en la zona afectada y es, sin duda, un impedimento para continuar practicando el ejercicio con normalidad. En muchas ocasiones intentamos masajear la zona para aliviar el dolor, pero esta lesión debe valorarse y tratarse en un servicio de Rehabilitación.
Es por ello, que ante un dolor muscular que no cede con tratamiento analgésico y/o antiflamatorio,debe acudir a la consulta del médico rehabilitador para que valore la gravedad de la lesión y determine el tratamiento oportuno. El masaje continua siendo una de las técnicas más usadas y efectivas.
Las contracturas musculares
Tal y como indica su nombre, se trata de una contracción del músculo. Lo normal es que el músculo se contraiga y se relaje. Sin embargo, cuando la contracción se mantiene en el tiempo involuntariamente, provoca que el músculo esté continuamente en tensión.
Deportes con mayor probabilidad de sufrir lesiones musculares
Aparecen, especialmente, en deportistas que realizan movimientos de forma continuada. Los deportes más propensos a generar estas lesiones son:
- Deportes de impacto como el atletismo, baloncesto
- Deportes que requieren realizar gestos rápidos como en voleibol, fútbol, lanzamiento de disco, tenis
Las contracturas surgen durante o después del ejercicio
Las contracturas pueden originarse tanto durante el ejercicio como a posteriori.
- Durante el ejercicio el organismo metaboliza sustancias activas para generar el movimiento necesario, que luego se transforman en sustancias de desecho. Cuando el deportista hace un alto esfuerzo el organismo no puede eliminar esas sustancias por lo que se se acumulan y es cuando aparece el dolor.
- Por el contrario, cuando la contractura aparece tras el ejercicio se debe a la incapacidad del músculo para recuperar el estado de reposo.
¿Cómo se tratan las contracturas musculares?
- Reposo.
- AINEs y/o relajantes musculares.
- Calor seco y masoterapia descontracturante.
- Estiramientos analíticos de la musculatura afecta.
- Terapia manual ortopédica.
- Aplicar calor húmedo en contracturas más evolucionadas.