Las complicaciones de pie diabético son las más preocupantes para las personas que padecen diabetes. La prevención es fundamental para evitar su desarrollo, pero una vez han aparecido es importante acudir al médico a la mayor brevedad para comenzar con un tratamiento efectivo.
El tratamiento y manejo de estas infecciones ha evolucionado notablemente en las últimas tres décadas, debido al abordaje multidisciplinar de la enfermedad.
Además, se han producido avances en microbiología, diagnóstico y han surgido fármacos que mejoran el pronóstico de los pacientes con estas lesiones.
Tratamiento del pie diabético según la escala de Wagner
Los especialistas en pie diabético evalúan el daño de una úlcera en el pie diabético de acuerdo con la escala de Wagner, la más aplicada. Ésta se divide en 5 grados, que establece un tratamiento según la mayor o menor gravedad de la infección.
En el grado 0 de dicha escala se sitúan los pacientes sin lesiones y que mantienen cuidados preventivos.
El primer grado se refiere a úlceras superficiales, es decir, hay una herida pero no hay infección. El tratamiento consiste en reducir la presión sobre el área con úlcera. Por ello, se recomienda que los pacientes con obesidad o sobrepeso pierdan peso para reducir así la presión sobre los pies y mejorar, por tanto, la circulación.
Al siguiente grado se llega cuando la infección ha penetrado en las capas de grasa y ligamentos, pero aún no ha alcanzado el hueso.
En estos casos, el médico extrae una muestra del tejido de la herida que será analizado para conocer el agente causante de la infección y el tratamiento antibiótico que debe pautarse. Además, debe realizarse una curación tópica.
El tercer grado agrupa los casos en que la infección es profunda y ha formado depósitos de pues, generando una inflamación ósea (osteítis). Estos pacientes podrán necesitar una intervención quirúrgica.
Tratamiento en los casos más graves de pie diabético
Los casos más graves son los que se engloban en los grados 4 y 5 de la escala de Wagner. El primer de ellos, el grado cuarto, es el de gangrena antepié y requiere de hospitalización urgente del paciente. El médico debe valorar la necrosis de los tejidos y, a continuación, realizar una cirugía revascularizadora para lograr que los tejidos vuelvan a ser regados por vasos sanguíneos.
Por último, el grado 5 es el que hace referencia a la amputación cuando la necrosis se ha extendido y el pie no puede recuperarse.
El número de amputaciones en la Unidad de PIe Diabético del Hospital La Paloma se ha logrado reducir, ya que se realiza un tratamiento adecuado y seguimiento por un equipo multidisciplinar con el que se logra controlar las lesiones.