El dolor lumbar es uno de los dolores crónicos más frecuentes en España, de hecho, el 80% de la población lo padece en algún momento de su vida. La lumbalgia puede deberse a diferentes causas y su prevalencia en la sociedad tiene relación, en muchas ocasiones, con malos hábitos posturales. Muchas veces cuando trabajamos delante del ordenador no adoptamos la posición correcta, lo que puede hacer que se resienta nuestra espalda y originar la lumbalgia.
Durante el confinamiento, todas aquellas personas que han teletrabajado, han podido sufrir en algún momento dolor lumbar, y también todas aquellas que han realizado esfuerzos físicos, levantando peso. En ambos casos, la lumbalgia se produce por los llamados “factores de riesgo ocupacionales” que trataremos en este artículo.
En este artículo explicamos las causas de la lumbalgia, los factores de riesgo que pueden hacer que se incremente la posibilidad de padecer dolor lumbar, cómo se diagnostica y cómo se trata.
¿Qué es la lumbalgia o dolor lumbar?
La lumbalgia es el dolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda, la que se corresponde con las cinco vértebras lumbares (L1-L5), las cuales sostienen la mayoría del peso de la parte superior del cuerpo. Esta dolencia tiene relación con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral y es una consecuencia de nuestra condición de bípedos.
¿Qué causa el dolor lumbar?
La gran mayoría de los dolores lumbares se deben a causas mecánicas, entre las que destaca la espondilosis, que es la degeneración generalizada de la columna asociada con el desgaste normal que se produce, a medida que envejecemos, en las articulaciones, los discos y los huesos de la columna vertebral. A continuación, detallamos otras causas:
- Los esguinces y las distensiones musculares o desgarros en el tendón o músculo provocan el dolor lumbar más agudo, desencadenando incluso espasmos en los músculos de la espalda, y pueden producirse por levantar algo muy pesado, torcerse de manera incorrecta o estirarse mucho.
- La degeneración del disco intervertebral. Los discos intervertebrales tienen la función de proporcionar altura y permitir doblar, flexionar y torcer la parte inferior de la espalda. Sin embargo, debido al proceso normal de envejecimiento, estos discos comienzan a deteriorarse y a perder su capacidad de amortiguación.
- Los discos herniados o rotos. En ocasiones, los discos intervertebrales se comprimen y se salen de su lugar (hernia discal) e incluso se rompen causando dolor lumbar.
- La radiculopatía se produce cuando la estenosis espinal o un disco herniado o roto comprime la raíz del nervio de la médula espinal, provocando dolor, entumecimiento o sensación de hormigueo que se irradia a otras áreas del cuerpo atendidas por ese nervio. La ciática es una forma de radiculopatía causada por la compresión del nervio ciático.
- La espondilolistesis. Esto se produce cuando una vértebra de la parte baja de la columna se desplaza de su lugar, pinchando los nervios que salen de la columna vertebral.
- Una lesión traumática, ocasionada por ejercer un deporte, accidentes automovilísticos o una caída, puede lesionar los tendones, los ligamentos o el músculo y causar dolor lumbar. Además, también puede causar compresión excesiva de la columna, lo que puede originar que se rompa o se hernie un disco intervertebral y ejerza presión sobre cualquiera de los nervios enraizados en la médula espinal, provocando así dolor lumbar y ciática.
- La estenosis espinal. Se trata de un estrechamiento de la columna vertebral que presiona sobre la médula espinal y los nervios y puede causar dolor o entumecimiento al caminar y con el tiempo debilidad en las piernas y pérdida sensorial.
- Las irregularidades esqueléticas de la columna vertebral como la escoliosis (curvatura de la columna vertebral que no suele causar dolor hasta la adultez media) y la lordosis (un arco anormalmente acentuado en la zona lumbar).
- Enfermedades subyacentes graves. En raras ocasiones, el dolor lumbar se relaciones con enfermedades subyacentes graves:
- Infecciones en vértebras (osteomielitis), discos intervertebrales (discitis), o las articulaciones sacroilíacas que conectan la parte inferior de la columna a la pelvis (sacroileítis).
- Tumores. A veces, los tumores comienzan en la espalda, pero a menudo son el resultado de un cáncer que se ha diseminado desde otra parte del cuerpo.
- El síndrome de cola de caballo (Cauda equina) es una complicación poco frecuente de un disco roto, que se presenta cuando el material del disco se mete hacia el canal espinal y comprime el plexo lumbar y sacro, causando la pérdida de control de la vejiga y del intestino.
- Los aneurismas aórticos abdominales se producen cuando el vaso sanguíneo que suministra sangre al abdomen, la pelvis y las piernas se agranda de manera anormal.
- Los cálculos renales pueden causar dolor agudo en la parte baja de la espalda, por lo general, en un solo lado.
- Las enfermedades inflamatorias de las articulaciones como artritis, osteoartritis, artritis reumatoide y espondilitis o espondiloartritis, que es una inflamación de las vértebras.
- La osteoporosis puede llevar a fracturas dolorosas de las vértebras.
- La endometriosis es la acumulación de tejido uterino en lugares fuera del útero.
- La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico caracterizado por dolor muscular generalizado y fatiga.
Factores de riesgos de padecer dolor lumbar
Existen factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de padecer dolor lumbar:
- Edad. Generalmente, el primer ataque de dolor en la parte baja de la espalda se produce entre los 30 y 50 años, y con la edad el dolor se vuelve más común.
- Estado físico. El dolor lumbar es más común entre las personas que no están en buen estado físico. Cuando músculos de la espalda y el abdomen están debilitados, es posible que no puedan soportar correctamente la columna vertebral. Los estudios demuestran que el ejercicio aeróbico de poco impacto es beneficioso para mantener la integridad de los discos intervertebrales.
- Embarazo. Las mujeres sufren dolor en la parte baja de la espalda como resultado de los cambios en la pelvis y el aumento de peso.
- Aumento de peso. El sobrepeso, la obesidad o un incremento rápido de peso puede provocar mayor presión sobre la espalda y causar dolor lumbar.
- Factores genéticos, como la espondilitis anquilosante, una forma de artritis que involucra la fusión de las articulaciones de la columna y causa alguna inmovilidad de la columna vertebral.
- Factores de riesgo ocupacionales. Realizar determinados trabajos puede causar o contribuir al dolor lumbar. Si en el trabajo debes levantar o empujar cosas pesadas, esto puede causar lesiones y dolor lumbar. Asimismo, un trabajo inactivo o un trabajo de escritorio, delante del ordenador, también puede provocar lumbalgia, sobre todo si se mantiene una mala postura o se está sentado todo el día en una silla sin suficiente soporte lumbar.
- Factores de salud mental, como la ansiedad y la depresión, pueden influir en cómo o cuánto la persona se enfoca en su dolor y en su percepción de la gravedad del mismo.
- Sobrepeso de las mochilas que llevan los niños. Las mochilas pesadas ponen mucha tensión sobre la espalda y pueden causar fatiga muscular. La Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos recomienda que la mochila de un niño no debe pesar más del 15 a 20 por ciento del peso corporal del niño.
¿Cómo se diagnostica el dolor lumbar?
Para diagnosticar el dolor lumbar y descubrir su causa, el médico realiza una historia clínica detallada y un examen físico de la espalda al paciente. Además, se pueden solicitar pruebas de diagnóstico por imagen para determinar la causa del dolor y el tratamiento adecuado, y así descartar causas específicas del dolor, como tumores y estenosis espinal. A continuación, detallamos las pruebas que se pueden ordenar en caso de dolor lumbar:
La radiografía muestra la estructura ósea y cualquier desalineación o fractura vertebral.
La tomografía computarizada se usa para ver las estructuras de la columna vertebral que no se pueden ver en las radiografías convencionales, como una ruptura de disco, la estenosis espinal o tumores.
Las mielografías intensifican las imágenes diagnósticas de las radiografías y las tomografías computarizadas. Se inyecta contraste en el conducto vertebral para ver en las radiografías o tomografías computarizadas la compresión de la médula espinal o del nervio causada por discos herniados o fracturados.
La discografía. En este procedimiento, el medio de contraste se inyecta en el disco intervertebral, el cual se considera ser el causante del dolor lumbar. La presión del líquido en el disco reproducirá los síntomas de la persona si el disco es el causante del dolor. La información aportada por esta prueba puede ser útil cuando se está valorando la cirugía lumbar o cuando el dolor no ha respondido a los tratamientos convencionales.
Las imágenes por resonancia magnética (IRM). Las resonancias magnéticas producen imágenes de los tejidos blandos como los músculos, ligamentos, tendones y vasos sanguíneos. Se puede pedir una resonancia magnética si se sospecha que el paciente pueda tener una infección, tumor, inflamación, hernia o ruptura de disco o presión sobre un nervio.
Los procedimientos electrodiagnósticos se utilizan principalmente para confirmar la presencia de una radiculopatía lumbar. La electromiografía evalúa la actividad eléctrica en un músculo y puede detectar si la debilidad muscular se produce por un problema en los nervios que controlan los músculos. Se insertan agujas muy delgadas en los músculos para medir la actividad eléctrica transmitida desde el cerebro o la médula espinal a un Área particular del cuerpo.
Las exploraciones o escaneos óseos se usan para detectar y monitorear una infección, fractura, o trastorno en el hueso. Se inyecta una pequeña cantidad de material radioactivo en sangre y se registrará en los huesos, particularmente en las áreas con alguna anormalidad.
La exploración ultrasónica o sonografía usa ondas sonoras de alta frecuencia para obtener imágenes dentro del cuerpo. Las imágenes por ultrasonido pueden mostrar desgarros de ligamentos, músculos, tendones y otras masas de tejidos blandos en la espalda.
Los análisis de sangre se pueden solicitar, en algunas ocasiones, para buscar indicios de inflamación, infección o la presencia de artritis. Los análisis de sangre también pueden detectar el antígeno HLA-B27, un marcador genético en la sangre que es más común en las personas con espondilitis anquilosante o artritis reactiva, que es una artritis producida después de una infección en otra parte del cuerpo, por lo general del aparato genitourinario.
¿Cómo se trata el dolor lumbar?
El tratamiento para el dolor lumbar generalmente depende de si el dolor es agudo o crónico. A continuación, exponemos algunos de los tratamientos convencionales utilizados y la evidencia que los apoya:
- Usar compresas calientes o frías puede ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación en las personas con dolor agudo, subagudo o crónico, permitiendo así mayor movilidad.
- Realizar actividad. El reposo en cama debe ser limitado. Es importante realizar ejercicios de estiramiento y reanudar sus actividades diarias normales tan pronto como sea posible, evitando movimientos que agraven el dolor.
- Se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento para acelerar la recuperación del dolor lumbar crónico o subagudo. La evidencia apoya los beneficios a corto y largo plazo del yoga para aliviar el dolor lumbar crónico.
- Fisioterapia para fortalecer los músculos que sostienen la zona lumbar, mejorar la movilidad y la flexibilidad, así como promover un posicionamiento y postura correcta.
- Medicamentos para tratar el dolor lumbar agudo y crónico
- Analgésicos para aliviar el dolor (acetaminofén, aspirina y opioides recetados (codeína, oxicodona, hidrocodona y morfina)
- Antiinflamatorios no esteroides (AINE), que alivian el dolor y la inflamación
- Anticonvulsivos para tratar a las personas con radiculopatía y dolor radicular
- Analgésicos tópicos reducen la inflamación y estimulan el flujo de sangre como los contrairritantes, que son cremas o aerosoles de aplicación tópica que estimulan los nervios de la piel para dar una sensación de calor o frío.
- La manipulación y movilización vertebral realizada por médicos quiroprácticos, quienes utilizan sus manos para movilizar, ajustar, masajear o estimular la columna vertebral y los tejidos circundantes. Se ha demostrado que estas técnicas brindan pequeños o moderados beneficios a corto plazo a las personas con dolor lumbar crónico.
- La acupuntura es eficaz para el dolor lumbar crónico.
- Las terapias de bloqueo del nervio intentan aliviar el dolor crónico mediante el bloqueo de la conducción nerviosa entre áreas específicas del cuerpo.
- La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) implica el uso de un dispositivo con batería que consta de electrodos colocados en la piel sobre el área del dolor y que genera impulsos eléctricos diseñados para bloquear las señales de dolor que vienen de los nervios periféricos.
En general, se recomienda la cirugía sólo si existe evidencia de empeoramiento de la lesión de los nervios y cuando las pruebas de diagnóstico indican cambios estructurales.
Acupuntura para aliviar el dolor lumbar crónico
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la acupuntura es una opción efectiva contra el dolor en 49 enfermedades y desórdenes, entre las que se encuentra la lumbalgia.
Esta técnica tradicional china consiste en estimular localizaciones anatómicas sobre la piel a través de la inserción de agujas metálicas delgadas. Su colocación en zonas concretas del cuerpo, llamados puntos acupunturales, permiten una mejor conducción eléctrica capaz de provocar respuestas biológicas en el paciente.
La acupuntura ha demostrado tener beneficios en el tratamiento del dolor crónico. Este método está siendo utilizado en diferentes hospitales de toda Europa. En el Hospital La Paloma contamos con una Unidad del Dolor capaz de tratar el dolor crónico para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes. Uno de nuestros tratamientos consiste en la acupuntura.
El traumatólogo será quién determine la idoneidad de la acupuntura en el caso de cada paciente. Aunque es una técnica sencilla e indolora, no es completamente inocua, y se debe tener especial cuidado en pacientes embarazadas, en zonas infectadas, pacientes con problemas de coagulación sanguínea o alteraciones neurológicas o psiquiátricas graves.
Cada vez son más los pacientes que acuden a la consulta de la Unidad de Traumatología con dolor en la espalda. Pasar largas jornadas sentados frente al ordenador o utilizando dispositivos electrónicos y sin una correcta higiene postural provoca este dolor.
Uno de nuestros tratamientos específicos para dolor de espalda o cuello es el tratamiento de Punción Seca, el cual ofrecemos en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital La Paloma. La punción seca es una técnica semi invasiva que utiliza agujas de acupuntura para el tratamiento del síndrome del dolor miofascial producido por los puntos de gatillo, que son nódulos hipersensibles dentro de una banda tensa o en su fascia asociada que se originan cuando varias regiones de la fibra quedan contraídas, disminuyendo el flujo sanguíneo.
Si quieres empezar a tratar tu lumbalgia, ponte en contacto con nosotros. Pide cita con nuestra unidad de Traumatología a través de nuestra web o llamando al 928 23 44 66.