¿Miras tus piernas y las ves llenas de esas venitas en tonos violetas, azules o rojos? ¿Sientes dolor, hinchazón y cansancio en las piernas? Te molesten o no, ¿te resultan poco estéticas y estás harta de ellas? Si resides en Gran Canaria, tenemos la solución. Y es que cuatro de cada diez personas se encuentran en tu misma situación.
Las varices, o también llamadas venas varicosas, son esas venitas hinchadas, retorcidas y dilatadas que puedes apreciar bajo la piel. Son debidas a que se reduce el flujo de sangre que llega desde el corazón hasta las piernas provocando una acumulación de sangre, que se obstruye y cicatriza la pared venosa. Esto repercute además en que el reflujo venoso pueda ir en dirección contraria hacia donde debería de ir.
Puede resultar solamente desagradable estéticamente, pero también pueden ser dolorosas y llevar aparejados otros problemas como la hipertensión. Además pueden haberse intensificado si estás embarazada o si presentas obesidad. También pueden aumentar con cada ciclo hormonal, razón por la cual son más frecuentes en mujeres que en hombres.
Descubre la unidad de Cirugía Vascular del Hospital La Paloma
Por todo ello, en la isla de Gran Canaria, en la Unidad de Cirugía Vascular del Hospital La Paloma, en Las Palmas de Gran Canaria, actuamos contra las varices proponiendo a cada paciente el tratamiento que mejor se ajuste a sus necesidades.
Según el grado de afectación de las varices pueden ser simples arañas vasculares -que reciben ese nombre porque se van formando de forma circular, simulando una tela de araña- o alcanzar una mayor intensidad.
Es cierto que si el grado de las varices es muy grande y acarrea problemas de insuficiencia venosa del sistema venoso profundo, será necesaria una intervención quirúrgica. Pero hasta llegar a este nivel existen diferentes tipos de varices que podrán ser tratadas perfectamente sin necesidad de pasar por un quirófano.
Algunos de estos tratamientos ambulatorios, sin cirugía, que podemos realizar en el Hospital La Paloma, en Las Palmas de Gran Canaria, son:
Escleroterapia.
Destinado especialmente a tratar las venas de araña, se trata de un tratamiento que actúa al inyectar una solución líquida llamada etoxisclerol o polidonacol sobre las venas afectadas para lograr una progresiva reducción de esta que termine en su desaparición al cabo de -normalmente- tres semanas o un mes.
Radiofrecuencia.
El objetivo de este tratamiento es utilizar la radiofrecuencia, es decir, la energía térmica, para lograr atrofiar las venas varicosas sin que sea necesario extirparlas. Es una técnica mínimamente invasiva y por ello se utiliza especialmente en venas muy finas. Aunque las varices aparecen con mayor intensidad en las piernas, también pueden darse en otras partes del cuerpo. Para las varices en la cara, la radiofrecuencia es la técnica más utilizada.
Láser.
El láser es una técnica que se utiliza en muchos tipos de tratamientos médicos y estéticos, gracias a que debido a las altas frecuencias de la energía se pueden conseguir óptimos resultados sin necesidad de una intervención quirúrgica.
Microespuma esclerosante.
Se trata de una espuma compuesta a base de gases fisiológicos de elevada solubilidad en la sangre y una sustancia esclerosante. Al mezclar estas sustancias provoca que la vena se colapse, cicatrice y desaparezca. Actúa especialmente contra varices más superficiales, pero desde el interior de las mismas.
Trata tus varices esta primavera
La primavera es una buena época para actuar contra las varices, ya que de postergar su tratamiento, la llegada del verano puede agudizar los síntomas. En las épocas de calor las venas se dilatan más, lo que puede provocar la aparición de nuevas varices, especialmente en las personas propensas a ellas. Si no se actúa contra ellas y van a más, pueden derivar incluso en úlceras.
Una opción es, antes de decidirse por un tratamiento u otro, realizarse un examen físico acompañado de algunas pruebas médicas como una ecografía doppler. Con esta herramienta se puede ver tanto el sistema venoso superficial como el profundo. De este modo se observa el tamaño de las venas e incluso se puede diagnosticar si fuera una trombosis venosa.
Si las varices son más grandes y profundas, entonces sí se necesitará una cirugía. Existe una técnica denominada cirugía Clarivein que, aunque sí requiere de cirugía, no es necesario acudir al quirófano, ya que se realiza en la propia consulta. Se trata de introducir un aparato dentro de la vena para que se selle.
Los tratamientos sin cirugía para las varices tienen grandes ventajas además de ser efectivas. Y es que no requieren de anestesia ni de ningún tipo de preoperatorio. Por lo tanto tampoco de medidas postoperatorias, por lo que tras el tratamiento se puede retomar la actividad cotidiana de manera inmediata.