Cada 6 minutos se produce un ictus en España. El ictus o infarto cerebral es la segunda causa de muerte y la primera de invalidez en los adultos, porque en el 40% de los casos éstos sufren secuelas que les inhabilitan para realizar sus actividades rutinarias.
Estos se producen debido a una alteración de la circulación cerebral que impide la llegada de sangre al cerebro, lo que compromete la llegada de oxígeno a las células nerviosas.
La atención médica inmediata al sentir los primeros síntomas del ictus es vital para reducir las secuelas o evitar el fallecimiento. En algunos casos será necesario intervenir para eliminar el coágulo que bloquea las arterias.
Estas son las señales que alertan de que se está produciendo un infarto cerebral:
– Pérdida de fuerza en la cara, brazo o pierna de un lado del cuerpo
– Pérdida súbita de la visión
– Alteración repentina del habla o dificultad para expresarse
– Dolor de cabeza de intensidad no habitual
– Sensación de vértigo o inestabilidad.
Rehabilitación del ictus
Las principales consecuencias del ictus son: problemas de movilidad, desviación de la comisura facial, alteraciones del habla o inestabilidad. Una vez superada la fase aguda, la estrategia para la recuperación del paciente es la rehabilitación neurológica.
Según las secuelas que ha dejado el ictus en el paciente, será necesario seguir un tratamiento de rehabilitación con fisioterapia para recuperar la movilidad de la zonas afectadas. Además de la rehabilitación motora, se debe complementar la valoración de un Foniatra para alteraciones del lenguaje y esfera cognitiva.
En los 3-6 primeros meses la rehabilitación es fundamental y el cerebro permite mayor recuperación. De hecho, en este periodo el paciente llega a recuperar la mayor parte de los movimientos voluntarios. Se estima que 3 de cada 4 pacientes vuelven a caminar.
Superado el primer año de rehabilitación muchos pacientes se reincorporan a sus trabajos y el 20% solo necesita una asistencia puntual.
Pasada esta fase inicial, el paciente sigue mejorando sus facultades, como el habla o el equilibrio, durante los primeros años de rehabilitación.
Para que el tratamiento sea efectivo en el Hospital La Paloma se realiza un seguimiento completo por un equipo multidisciplinar, que va desde los profesionales del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación hasta los neurólogos. Todos ellos valoran la evolución del paciente y adaptan el tratamiento a cada fase.