A día de hoy la artrosis se trata mediante tratamientos farmacológicos que tienen como objetivo aliviar los síntomas. Además de este tratamiento se recomienda realizar otros complementarios como la magnetoterapia.
A día de hoy la artrosis se trata mediante tratamientos farmacológicos que tienen como objetivo aliviar los síntomas. Además de este tratamiento se recomienda realizar otros complementarios como la magnetoterapia.
Esta patología aparece debido al desgaste del cartílago de las articulaciones, que es el tejido que cubre los extremos de los huesos que forman la articulación (codos, rodillas, nudillos…).
Cuando el cartílago está sano, es decir, está hidratado por líquido sinovial, es capaz de amortiguar los impactos que se producen por el movimiento. Sin embargo, cuando éstos sufren desgaste, disminuye la viscosidad de dicho líquido, y los huesos llegan a friccionar entre sí lo que termina dañando la articulación.
No existe una causa única por la que se produce el desgaste mencionado, sino que puede deberse a sobrepeso, lesiones en las articulaciones, secuelas de una cirugía o por el envejecimiento natural.
Popularmente se asocia la artrosis con personas mayores, pero también afecta a personas jóvenes, con antecedentes familiares, deportistas o mujeres tras la menopausia.
El equipo de magnetoterapia consta de una consola y un aplicador o solenoide. El panel central de la consola permite seleccionar los principales parámetros que se ajustarán dependiendo de la intensidad y el tiempo de evolución de los síntomas:
Los tratamientos se realizan habitualmente en forma de ciclos de 10 y 15 sesiones. La frecuencia se estima generalmente entre 3 y 5 veces por semana. El tiempo de aplicación puede variar entre 20 y 40 minutos por sesión.
También se debe combinar la magnetoterapia con ejercicios activos que favorezcan el fortalecimiento de la musculatura de la zona afectada y con una dieta saludable que evite el sobrepeso.
Los especialistas dan estas recomendaciones: