La alimentación es fundamental, no sólo para prevenir las enfermedades cardiovasculares, sino en el proceso de recuperación en aquellos pacientes que las sufren.
Se ha comprobado cómo estas enfermedades (el infarto de miocardio, el ictus, en control de los factores de riesgo…) están muy influenciados por la dieta y el estilo de vida. Por ello, los especialistas hacen tanto hincapié en la necesidad de seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico.
Especialmente cardiosaludable es la dieta mediterránea, debido al alto contenido en frutas, verduras, pescado azul, legumbres, aceite de oliva y frutos secos.
Recomendaciones nutricionales en pacientes con enfermedades coronarias
El tratamiento nutricional en la enfermedad cardiovascular debe seguir unas pautas, tal y como apunta Marta Ausiró, responsable de la Unidad de Dietética y Nutrición del Hospital La Paloma:
- Disminuir la ingesta de carnes rojas saturadas
- Incrementar el consumo de carnes blancas
- Aumentar el consumo de frutas y verduras. “Tomarlas de forma diaria en almuerzo y cena”.
- Eliminar de la dieta la bollería y platos precocinadas
- “Comer más productos frescos de cercanía”, apunta la nutricionista.
- Incorporar semillas, como las de lino, sésamo o pipas de calabaza, entre otras, ya que tienen grasas que nos pueden ayudar.
- Usar el aceite de oliva como grasa principal de la alimentación porque es cardioprotector.
- Aumentar el consumo de pescado azul consumiéndolo 2 veces por semana.
- Reducir la ingesta de carnes procesadas, es decir, embutidos.
- Usar más quesos frescos que curados.
En cualquier caso, señala la nutricionista, todo ello se realiza de forma concreta para cada paciente teniendo en cuenta sus hábitos alimenticios, culturales y cotidianos para crear una pauta dietética nutricional eficaz.