Entre el 50% y el 80% de los pacientes que han sufrido una amputación de una extremidad padecen lo que se conoce como ‘dolor de un miembro fantasma’. Es decir, aún sienten dolor de la extremidad amputada como si todavía estuviera ahí.
Se trata de una de las complicaciones más limitantes tras la amputación. Este dolor aparece porque el cerebro continúa recibiendo mensajes de los nervios que llevaban los impulsos desde el brazo o pierna que se ha perdido.
El dolor fantasma se presentan con mayor intensidad en las primeras fases de recuperación y, posteriormente, desaparece. En algunos pacientes, disminuye al comenzar a utilizar las prótesis.
Hay pacientes que pueden presentar dolor en otras zonas del cuerpo, como la cadera, la columna o los hombros. En estos casos, puede deberse al uso de la prótesis, que obliga a cambiar el modo de caminar o la alineación del cuerpo.
¿Qué siente el paciente?
Por lo general, el paciente va a manifestar estos síntomas, que van desapareciendo poco a poco:
- Dolor en la extremidad aunque físicamente ya no está
- Pinchazos
- Sensación de calor o frío
- Hormigueo y entumecimiento
- Sentir que la extremidad aún está ahí
- Como si los dedos de las manos o de los pies se estuvieran moviendo
- Invaginación (sentir que la extremidad que falta se está acortando)
Estos síntomas pueden verse agravados por determinados factores, como el cansancio, cambios de clima, el estrés, infección, una mala circulación o hinchazón de la extremidad.
Recomendaciones para reducir el dolor del miembro fantasma
Estas son algunas recomendaciones que los especialistas dan a los pacientes para reducir el dolor tras una amputación:
- Relajarse y respirar profundamente mientras imagina que está relajando todo el cuerpo.
- Escuchar música o leer, es decir, realizar acciones que evadan la mente del dolor.
- Mantener el resto de la extremidad en caliente.
- Ejercitar el resto del brazo o pierna.
- Si tiene hinchazón se recomienda utilizar un vendaje elástico.
- Masajear el brazo o pierna.
- Ejercicios para fortalecer el músculo a través de sesiones de fisioterapia.
- Toma de medicamentos que el médico considere necesarios.