No es nada nuevo decir que el running está en auge, es un deporte económico, sencillo y que se puede realizar a cualquier hora, por lo que ha ganado adeptos en todo el mundo. Muchos se han lanzado a las calles de su ciudad a correr, pero el running no es solo correr, requiere de una preparación y conocimiento de la técnica adecuada para evitar lesiones físicas de consideración.
La Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología ha advertido de un claro aumento de lesiones deportivas entre deportistas aficionados en los últimos años
Lesiones asociadas al running
Las lesiones más frecuentes en el running son las llamadas lesiones por repetición, es decir, al realizar un gesto de bajo impacto, como una zancada, en repetidas ocasiones genera una lesión de gran impacto. Este deporte tiene un gran impacto en las piernas del corredor, ya sea por una mala técnica o postura corporal al realizarlo.
Las sobrecargas musculares y dolencias en las articulaciones, sobre todo, rodillas y tobillos son comunes. La tendinitis rotuliana, o también conocida como rodilla del saltador, es una de las más frecuentes. Se trata de una inflamación del tendón rotuliano debido a la sobrecarga por la repetición de movimientos y el rebote al correr.
También es común que los corredores de larga distancia sufran la llamada rodilla del corredor o síndrome de la cintilla iliotibial. Es decir, el deportista comienza a sentir un dolor intenso en el lateral de la rodilla o en el centro de la misma, que puede continuar por el muslo y llegar a la cadera. Esto se produce por un sobreesfuerzo, por tener los muslos rígidos o pies planos.
En la zona del tobillo podemos encontrarnos con pacientes con tendinitis aquílea. Ésta afecta al tendón de Aquiles, que conecta los músculos posteriores de la pierna al talón y es el más grueso del cuerpo. Al realizar un esfuerzo excesivo, si se corre en superficies duras, se tiene una técnica de carrera incorrecta o suele saltar durante el entrenamiento, el tendón llega a inflamarse provocando molestias y dolor.
La fascitis plantar es otra de las más comunes y es causada por una inflamación de la fascia plantar próxima al talón. Su origen puede estar en la mala elección del calzado.
Los músculos isquiotibiales, que van desde la parte posterior del muslo hasta la rodilla, puede desgarrarse al estirarse demasiado. Si son tratados a tiempo pueden recuperarse con reposo, pero si continúa haciendo deporte puede llegar a requerir cirugía.
Y, por último, el esguince de tobillo que aparece tras un tirón o torcedura. Suele producirse por entrenar en superficies irregulares.
Cómo prevenir las lesiones en los corredores aficionados
El running tiene un gran impacto en nuestro cuerpo, por lo que los especialistas de la Unidad de Traumatología del Hospital La Paloma recomiendan aprender a escuchar y entender nuestro cuerpo durante la práctica de ejercicio para prevenir las lesiones. Ante el aviso de cualquier señal o dolor se debe acudir lo antes posible al traumatólogo para realizar un diagnóstico adecuado y establecer las pautas del tratamiento y recuperación.
También se debe estirar antes y después de la carrera y escoger un calzado adecuado. Uno de los aspectos más importantes es la técnica, por ello se recomienda solicitar la ayuda y asistencia de entrenadores profesionales para que te indiquen cómo debes entrenar correctamente.