Desde este pasado lunes, día 1 de agosto, y hasta el próximo domingo, día 7, se está conmemorando la ‘Semana Mundial de la Lactancia Materna’. Una iniciativa promovida desde el año 1992 por la Organización Mundial de la Salud, en colaboración con Unicef, con el objetivo de destacar los beneficios de la leche materna.
Una propuesta a la que, a lo largo de esta semana, muchos sanitarios y centros hospitalarios nos hemos sumado con el objetivo de servir de altavoz en este camino de valorar y promover la lactancia materna y sus beneficios. En concreto desde la Unidad de Ginecología y Obstetricia del Hospital La Paloma destacamos la importancia de formar e informar a las madres durante el embarazo de los beneficios que le traerá amamantar a su hijo o hija cuando nazca.
La lactancia materna en cifras
Cada vez más madres y más personal sanitario están concienciados de los beneficios de la lactancia materna. De hecho, según datos de la Encuesta Nacional de Salud, la prevalencia estimada de lactancia materna exclusiva en España es del 71 % a las seis semanas de nacimiento. Los sanitarios recomiendan que la lactancia materna se ofrezca en exclusiva hasta los seis meses de edad del bebé. Sin embargo, la estadística refleja cómo a partir del mes y medio muchas madres comienza a abandonar la lactancia materna en exclusiva. Según los datos recogidos en esa misma encuesta, la cifra se reduce al 66,5 % a los tres meses de vida; y al 49,6 % a los seis meses.
La OMS recomienda también que una vez se introduzca la alimentación complementaria –los alimentos sólidos, los cuales están recomendados a partir de los seis meses de edad-, la lactancia materna se prolongue hasta, como mínimo, los dos años de vida. Aunque puede darse durante más años: es lo que se denomina lactancia prolongada y está ampliamente recomendada. Sin embargo la estadística nuevamente refleja que tan solo un 20 % de las madres mantienen la lactancia materna después del primer año de vida.
La leche materna se adapta a las necesidades del menor
Uno de los datos que los sanitarios señalan para evidenciar los beneficios de la lactancia materna es que la leche materna se adapta a las necesidades del niño. Cuando el bebé nace, la primera leche que sale del pecho es la que se conoce como el calostro. Es una leche más amarillenta y espesa que contiene menos agua por lo que el bebé apenas necesita cantidad para conseguir los nutrientes que requiere.
Durante el crecimiento del niño la leche va adaptándose a su desarrollo. Tanto es así que incluso cuando el niño está enfermo la leche materna es capaz de adaptarse a lo que el bebé necesita en ese momento. La lactancia, además, favorece el crecimiento de las bacterias intestinales del niño, lo que proporciona un sistema inmunitario sano para toda la vida. A ello se le añade que contiene anticuerpos que ayudan al niño a combatir los patógenos infecciosos presentes en el entorno.
Otro de sus beneficios es que durante la lactancia materna, tanto la madre como el niño producen oxitocina, una hormona que reduce el estrés y la ansiedad, logrando una mayor conexión entre ambos. Hay que agregar que para la madre, amantar reduce el riesgo de presentar cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares, por lo que también se recomienda desde el punto de vista de otras especialidades sanitarias como la Unidad de Cardiología. Cuanto más se amamante, más se reducen estos riesgos. De ahí aún más si cabe la importancia de promover la lactancia prolongada.
Si durante el segundo año de vida se continúa amamantando al niño, la leche materna le aporta otro tipo de nutrientes diferentes a cuando era bebé; nutrientes acordes a las necesidades del niño. Además, las probabilidades de sufrir sobrepeso se reducen y su sistema inmunitario aún se fortalece más.
En definitiva, cada vez son más reconocidos los beneficios de la lactancia materna, pero no solo en bebés sino en niños más grandes. Y en ese camino estamos trabajando desde la mayoría de los centros sanitarios. Como es el caso de La Paloma.