El diagnóstico precoz es fundamental para frenar o curar muchas patologías que afectan al cuerpo humano. Por ello, los especialistas hacen tanto hincapié en que la sociedad conozca los signos de las mismas. En esta ocasión, vamos a hablar de los síntomas de las enfermedades del hígado. Fundamentales para acudir a tiempo a la consulta del médico y evitar que se agraven hasta llegar a convertirse en cirrosis, cáncer…
Antes de comenzar, vamos a conocer qué es el hígado. El hígado es el órgano más grande de nuestro cuerpo y tiene una función fundamental para ayudar a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas.
Cuando el hígado no funciona correctamente, ya sea por un problema funcional o a causa de una patología, sentiremos ciertos síntomas. Los más frecuentes son estos:
- Hinchazón del abdomen y piernas
- Aparecen moretones con facilidad
- Cambios en el color de las heces (más pálido o con sangre) y orina (se vuelve más oscuro)
- Ojos y piel amarillentos
- Picor en la piel
- Fatiga crónica
- Náuseas y vómitos
- Falta de apetito
Las enfermedades hepáticas más frecuentes
Hay muchas enfermedades que afectan al hígado. Algunas de ellas son bastantes frecuentes en la sociedad, sin embargo poco se conoce de ellas. A continuación, vamos a resumir ocho de ellas.
Hepatitis A
Es un virus transmitido por el agua. Se contagia por el consumo de agua o alimentos contaminados. Este tipo de hepatitis no suele ser grave aunque es importante obtener un diagnóstico para evitar que se trate de enfermedades más graves.
Hepatitis B y C
Ambas hepatitis se transmiten por la sangre. En primer lugar, la hepatitis B se transmite de madre a hijo en el nacimiento, por relaciones sexuales o uso de jeringas. Se trata de una hepatitis altamente infecciosa y sus síntomas pueden desarrollarse hasta 1-6 meses después del contagio.
En el 90% de los adultos sanos este virus se elimina en los 3-6 meses y no existe un tratamiento especifico. Si ya ha generado una infección crónica se debe aplicar un tratamiento para reducir el daño en el hígado.
La hepatitis C, se transmite por competir o reutilizar agujas y jeringas, de la madre al bebé, en tatuajes, perforaciones, uso de cepillos de dientes y máquinas de afeitar. Una de cada cinco personas infectadas lo eliminan por sí mimas. El 80% restante requiere tratamiento.
Hígado graso
El hígado graso se debe a la acumulación de grasa en el hígado y puede ser de tipo alcohólico (en personas que beben mucho) o no alcohólico. Este tipo de enfermedad afecta al 25% de la población en el mundo.
Cirrosis
En estos casos el hígado presenta cicatrices por lesiones o enfermedades crónicas. El alcoholismo crónico y la hepatitis pueden causar cirrosis. En algunos casos puede derivar en cáncer de hígado.
Cáncer de hígado
Hay ciertos factores de riesgo involucrados en el desarrollo del cáncer de hígado: hepatitis B, C, consumir cantidades excesivas de alcohol, tener cirrosis, tener hemacromatosis, obesidad y diabetes.
Enfermedades hereditarias como hemacromatosis y enfermedad de Wilson.
La hemacromatosis aparece por un exceso de hierro en el cuerpo que puede ser tóxico, es decir, el cuerpo absorbe más hierro del que necesita y puede dañar los órganos.
Otro trastorno hereditario del hígado es la enfermedad de Wilson que impide que el organismo se deshaga del cobre adicional. El hígado libera el cobre que no necesita la bilis. Quienes padecen esta enfermedad no lo liberan, sino que éste pasa al torrente sanguíneo y puede afectar a otros órganos como los riñones, los ojos o el cerebro. Aunque esta enfermedad se tiene desde el nacimiento, los sintomas comienzan entre los 5 y 35 años.
¿Cuándo hay que consultar al médico?
Ante la presencia de los síntomas mencionados anteriormente se debe consultar lo antes posible a un médico especialista. Si alguno de los signos antes descritos te resulta familiar no esperes más para pedir tu cita con el especialista del Hospital La Paloma.
Consulta especializada en enfermedades hepáticas
En el Hospital La Paloma contamos con una consulta especializada en enfermedades hepáticas dentro de la Unidad de Medicina Interna.
Nuestros especialistas realizan un estudio completo del metabolismo renal y hepático para descartar o detectar a tiempo la presencia de patologías que afectan al hígado.