El sobrepeso y la tensión arterial
El control de la hipertensión también pasa por abandonar la vida sedentaria, los hábitos tóxicos, como el consumo de alcohol y tabaco, y reducir la ingesta de sal. Para ello, no solo debemos evitar añadir sal a las comidas, sino atender al etiquetado de los productos que adquirimos en los supermercados, dado que aquellos alimentos procesados suelen tener mucha sal para lograr una mejor conservación. Siempre es mejor optar por consumir productos elaborados por nosotros mismos.
El estrés como factor de riesgo
Otra de las causas de la hipertensión es el estrés. Conviene reducir la ansiedad para evitar la elevación de la tensión. En el Hospital La Paloma aportamos consejos que todos podemos realizar sin problemas. Por ejemplo, evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de irnos a la cama o dar un paseo y evitar interrupciones laborales fuera de nuestro horario de trabajo.
Los cardiólogos conocen a la perfección cuáles son los grandes obstáculos del hipertenso. En primer lugar, la obesidad y el sobrepeso. Normalmente los médicos son capaces de lograr que el paciente comience a realizar ejercicio físico y abandone el tabaco y el alcohol, pero cambiar su dieta es algo más complicado y que en ocasiones acaba en el mayor de los fracasos. Por otra parte, en ocasiones, el paciente tiene una mala adherencia al tratamiento o directamente lo abandona. Esto es debido, entre otros motivos, a la ausencia de síntomas de la hipertensión.
Consecuencias de la hipertensión
Si la hipertensión no es tratada puede acarrear serias consecuencias e incluso la muerte.
- Ceguera: la tensión arterial elevada puede dañar los vasos que suministran nutrientes y oxígeno a los ojos, pudiendo provocar ceguera.
- Riñones: la hipertensión puede afectar al funcionamiento de los riñones, provocando insuficiencia renal en algunos casos. Además, este órgano afecta a su vez a la tensión arterial, ya que cuando no realiza su función de forma correcta provoca la elevación de la presión sanguínea.
- Corazón y aparato circulatorio: la hipertensión genera rigidez en las arterias, lo que a la larga puede ocasionar infartos o accidentes cerebrovasculares, entre otras.
Aparato reproductor: la tensión alta puede desembocar en impotencia en el caso de los hombres.